La situación geográfica de Estambul es realmente única, ya que está rodeada de agua por todos lados. La ciudad está abrazada por el Mar Negro al norte y el Mar de Mármara al sur. El estrecho del Bósforo divide literalmente esta metrópolis turca en dos partes, creando los lados europeo y asiático. Las zonas centrales de la ciudad se extienden a lo largo de las pintorescas orillas de la bahía del Cuerno de Oro.
En términos de población, Estambul ocupa el tercer lugar en Europa, con aproximadamente 13,8 millones de habitantes. Lo interesante es que tanto cristianos como musulmanes están representados casi a partes iguales, con un 50% y un 46% de la población respectivamente. La moneda local es la lira turca (TRY).
Las primeras menciones de asentamientos a lo largo del Bósforo se remontan al Neolítico, hacia el 6700 a. C. La ciudad de Estambul fue fundada por los antiguos griegos de Megara en 659 a.C. y se conoció inicialmente como Bizancio. En el año 330 a.C., por decisión del emperador romano Constantino el Grande, pasó a llamarse Constantinopla y se convirtió en la capital del Imperio Romano.
En 1453, la ciudad fue conquistada por los turcos, y el sultán Mehmed II la declaró capital del Imperio Otomano. En 1923, tras la instauración de la República de Turquía por Mustafa Kemal Atatürk, Estambul cedió su capitalidad a Ankara. Sin embargo, siguió siendo la ciudad más grande del país y uno de los centros comerciales, económicos y culturales más importantes del mundo.
