La segunda ciudad más grande de Francia se asienta sobre las colinas costeras del golfo de Lyon, en el sureste del país. Conocida como la "Puerta de Oriente", es el mayor puerto comercial de Francia y un importante nudo de transporte marítimo entre Europa y Asia.
Marsella tiene una población de cerca de un millón de habitantes, entre ellos muchos árabes, africanos, griegos y judíos. En el aire se respira una mezcla de culturas, pueblos y estilos. Pero esto es lo que confiere a la capital de la Provenza un encanto especial.
Marsella se fundó hace más de 26 siglos, en el 600 antes de Cristo. Los antiguos griegos eligieron un lugar cerca de una bahía natural y empezaron a asentarse en las colinas costeras. La pesca floreció en el asentamiento, y en 1512 se construyeron aquí fuertes y un puerto. En 1531, el rey Francisco I de Francia, apreciando la importancia estratégica de la zona, ordenó fortificar las defensas de la ciudad y construir una gran fortaleza.
Con el tiempo, se convirtió en una prisión donde se recluía a los criminales más peligrosos. Esta fortaleza-prisión de la isla de If es conocida por todos gracias a la famosa obra de Alejandro Dumas "El Conde de Montecristo".
