A primera vista, la cocina holandesa parece la peor pesadilla de nuestras cuidadosas abuelas. Las sopas y los platos calientes están en la mesa como mucho por la noche, y en su mayor parte, los holandeses comen alimentos secos y aun así se sienten muy bien.
¿Cuáles son los platos favoritos en Holanda?
Los bocadillos, el pescado y las patatas fritas son básicos en la dieta diaria. Un desayuno típico local es un arenque salado que se come sobre la marcha o en bocadillo con un panecillo blanco. A partir de junio, en las calles de las ciudades aparecen carpas que venden arenques limpios y listos para comer. Todo lo que hay que hacer es agarrar el pescado por la cola, inclinar la cabeza hacia atrás y meterse el trofeo en la boca.
El uitsmijter, una tostada de jamón, queso y glaseado, también se suele pedir en las bandejas. De postre, es habitual pedir los famosos gofres holandeses en almíbar o chocolate, rosquillas poffertjes o una rebanada de pastel de arroz. Un tentempié callejero es denso y barato, suele costar sólo 5-6 EUR.
La hora de comer es alrededor de las cinco. A esta hora, en los nutritivos restaurantes tradicionales empiezan a servirse los platos de pescado y carne característicos de Holanda, que le harán sentir cálido y acogedor.
Platos nacionales de los Países Bajos, imprescindibles:
- La sopa Erten es un caldo espeso y rico a base de guisantes partidos y aromatizado con salchicha ahumada o jamón.
- Consomme pot-a-feu - un caldo ligero y claro con jamón magro y zanahorias firmes ligeramente tocadas.
- Hachee - ternera cocida en lonchas finas aderezada con puré de patatas sazonado con zanahorias estofadas y cebollas fritas.
- Stampot - puré caliente de verduras a base de patatas cocidas, zanahorias, cebollas y col con salchicha ahumada o albóndigas bitterballen con setas.
- Rijsttafel - arroz frito hasta formar una costra dorada con verduras estofadas y lonchas de ternera o cerdo finamente picadas.
- Brugse Zot - bolas de masa horneadas en aceite con rellenos variados, desde queso hasta carne de cangrejo natural.
La oferta de bebidas calientes en Holanda no se limita a la famosa cerveza Heineken, para la que Ámsterdam ha creado un curioso museo. El vodka de enebro Jenever está considerado en todo el mundo el antepasado de la ginebra inglesa. ¿Demasiado amargo? Entonces endúlcese la vida con un chupito del famoso licor holandés Orange Bitter o Advocaat. De refrescos, le ofrecerán café muy decente, chocolate caliente, leche con anís o limonada calentada, que aquí se llama quast. Las pausas para el café se anuncian dos veces: a las 10:00-11:00 y a las 19:00-20:00.
No sólo las calorías fácilmente digeribles y los productos naturales de alta calidad, sino también los precios subrayadamente democráticos están a favor de la cocina tradicional holandesa. La cuenta media en una cafetería ordenada y respetable no suele superar los 15-25 EUR.
Cenar en un restaurante es más caro: de 30-50 EUR en un establecimiento de tamaño medio a 70-80 EUR en un templo de moda del arte gastronómico. No es de extrañar que los restaurantes y cafés de moda de Ámsterdam se centren en la comida europea, mientras que los establecimientos provinciales y económicos apuestan por platos nacionales consagrados.