A pesar de su reputación como la capital mundial del libertinaje y la permisividad, Ámsterdam merece una visita por mucho más que sus drogas legales y mujeres de moral relajada. Su principal atracción son los canales, por donde navegan barcos llenos de turistas de día y de noche. La mejor vista de la ciudad se obtiene desde el agua, pero también se pueden tomar fotos increíbles desde los puentes (¡hay 1.500 en la ciudad!). Ámsterdam incluso tiene un museo dedicado a sus canales.
Los museos de la ciudad destacan por su diversidad: hay decenas de ellos, con temáticas variadas tanto para adultos como para niños. Además de galerías de arte y casas-museo de personajes famosos (como Ana Frank o Van Gogh), puedes visitar museos de marihuana, prostitución, pipas de fumar, diamantes, cerveza, bolsos y monederos… y muchos más. A los pequeños turistas les encantará el Museo de Madame Tussauds o el Museo de Ciencias Nemo, donde no solo se puede tocar los objetos, ¡sino que es obligatorio hacerlo!
Si visitas Ámsterdam en abril, no te pierdas el desfile de flores BLOEMENCORSO. La procesión comienza en la ciudad de Noordwijk, pasa por Keukenhof y termina en Haarlem (las tres localidades están cerca de la capital).
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Amsterdam
Una ciudad de casas danzantes.
La historia de los orígenes de Ámsterdam es realmente fascinante. Desde los humildes comienzos de un pequeño pueblo de pescadores, ha crecido hasta convertirse en la vibrante y bulliciosa ciudad que conocemos hoy. La rica historia y la cultura única de Ámsterdam la convierten en un destino cautivador para los viajeros de todo el mundo.
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