Francia tiene un índice de delincuencia bastante bajo, y lo mismo ocurre en Saint-Tropez. Sobre todo, hay que tener cuidado con los robos callejeros y las estafas, especialmente en lugares muy concurridos. También hay que vigilar el bolso y la cartera cuando se compran artículos en pequeñas tiendas y puestos de venta ambulante.
Es mejor cambiar moneda en las sucursales del banco estatal Banque de France (la tasa es la más favorable, y segura). En caso de emergencia, hay que dirigirse a los agentes de policía en los coches patrulla. Normalmente no se comprueban los documentos en la calle, pero aunque así fuera, el policía no tiene derecho a quitarle el pasaporte. Las multas por violar el orden público y las normas de tráfico son bastante elevadas.
En Francia hay que ser extremadamente educado: no olvide saludar, despedirse y dar las gracias a todos los franceses con los que entre en diálogo.