En los restaurantes de Saint-Tropez se pueden degustar platos insólitos, resultado de la mezcla de la cocina provenzal y mediterránea. La cocina provenzal, o "cocina del sol", aporta a los cocineros una gran variedad de verduras: aceitunas, calabacines, pimientos, tomates, berenjenas.
La cocina mediterránea, o "cocina de los longevos", aporta mucho marisco, diversas variedades de carne magra (sobre todo cordero al horno o guisado, pollo, conejo) y una gran variedad de quesos. Las reseñas de los restaurantes de Saint-Tropez lo atestiguan: aquí no se olvidan las especias. Estragón, tomillo, albahaca, romero y otras especias aromáticas se utilizan hábilmente en la preparación de los platos, incluso los cocineros novatos de los restaurantes económicos de Saint-Tropez.
La tarta tropezienne es un plato imprescindible en Saint-Tropez. Este postre, famoso en toda Francia, fue inventado e introducido en Saint-Tropez a principios de los años cincuenta del siglo pasado por el pastelero polaco Alexander Mika. Consiste en un gran bollo aireado espolvoreado con azúcar gruesa y relleno de una crema compuesta por tres tipos de crema pastelera. La mejor tarte tropezienne se elabora, naturalmente, en la pastelería del mismo nombre.