El principal peligro para los visitantes de la ciudad son los robos (en el transporte público, las habitaciones de hotel y los coches). Procure guardar el pasaporte y los objetos de valor en la caja fuerte del hotel.
Es mejor llamar por teléfono a un taxi que cogerlo en la calle: la tarifa será más barata y no le timarán.
A menudo se engaña a los turistas para que cambien dinero en la calle: después de que el turista acepte el cambio, se le acercan unos seudopolicías que le extorsionan "a cambio de silencio".
Recuerde: en Budapest está prohibido que la policía revise las carteras; si se lo piden, ofrézcase a mostrar a los "policías" su documentación o acepte desafiante ser "detenido".
Desconfíe de las invitaciones de chicas desconocidas para ir con ellas a un restaurante o a un bar (es probable que estén compinchadas con la administración y le "sobornen", como se suele decir).