Si está a dieta y cuida su figura, la cocina checa no es para usted. En primer lugar, aquí los platos son muy grasos, salados y dulces, pero increíblemente sabrosos. En segundo lugar, todos los restaurantes de Praga suelen servir raciones enormes.
La cocina checa es famosa por sus sopas, que aquí se llaman "voles". Recomendamos probar la cesnečka, una sopa de ajo con carne ahumada, y la bramboráčka, una sopa de patata con carne ahumada o setas horneada en una hogaza de pan que hace las veces de plato.
Comida en Praga
También le ofrecerán cibuláčka (sopa de cebolla y queso), zelnáčka (sopa de chucrut), gulašová polevka (sopa de carne gulash) y mucho más. No olvide probar la famosa drštkova, una sopa hecha con restos y huesos de cerdo o ternera con especias y pimienta.
Los checos también son muy aficionados a los platos de carne. El principal es el famoso pechene vepršové kolen - codillo de cerdo al horno con rábano picante y mostaza. Además, en Praga le deleitarán con costillas de cerdo al horno con miel, svíčková a la crema agria (lomo de ternera en salsa de nata), pato al horno con manzanas, naranjas o chucrut.
Por regla general, muchos platos locales se sirven con albóndigas. Se trata de pequeñas bolas de lo que parece pan mal horneado o empapado, pero que combinan a la perfección con casi cualquier plato.
Los amantes del pescado deben probar la carpa al horno con rábano picante o ajo, así como la clásica trucha al horno.
Los golosos también apreciarán la cocina checa. Encontrará tortitas con diversos rellenos, strudel de manzana, gofres tradicionales checos, trdlo (un rizo de pasta de vainilla horneado en un tubo especial) y mucho más.
Qué más merece la pena probar
Praga es la capital de la cerveza. Según las estadísticas, cada residente adulto de la ciudad consume 160 litros de esta bebida lupulada al año. Entre las innumerables variedades, seguro que encuentra una a su gusto.
