La costa de Istria, bañada por el cálido mar Adriático, tiene inviernos cortos, suaves y confortables y veranos largos y secos (la temperatura media en Pula durante todo el año es de +16-17°C), con más de 2400 horas de sol en 12 meses.
El clima de Pula se caracteriza por fuertes vientos. En los meses más calurosos, julio y agosto, los viajeros se refrescan con el suave maestral, al principio de la temporada de lluvias el juguetón jugo se desplaza desde las regiones centrales de Istria, en el despejado invierno el bura desciende desde las estribaciones septentrionales, dispersando las nubes. Las precipitaciones máximas se registran en Pula entre octubre y enero (70-100 mm).
Vegetación y fauna de Rovinj
El paisaje montañoso de Istria se enriquece con una colorida flora y fauna mediterráneas. Densos matorrales de macchia y uvas se unen a antiguos olivares, mientras que amplias praderas inundadas se encuentran con bosques de pinos de hoja perenne, hogar de docenas de especies raras de aves.
El panorama único de Pula se define por su exuberante vegetación mediterránea y su paisaje de colinas. En la zona de parques naturales (por ejemplo, Briuni) encontrará macizos bosques de pinos y cipreses, mientras que en los valles hallará viñedos y olivares que se extienden más allá del horizonte.
La fauna de Pula es menos diversa y colorida. Hay muchas especies de aves, entre ellas perdices y urogallos, mientras que las islas de la bahía están habitadas por las majestuosas focas monje. En Pula no hay fauna peligrosa para el ser humano, por lo que se pueden seguir con seguridad rutas de senderismo por los rincones más protegidos de la zona turística.
A los aficionados a la pesca submarina y el submarinismo les interesará sin duda la rica fauna del Adriático. Hay ostras, mejillones, corazones de mar, estrellas de mar, así como bivalvos y diversos equinodermos. Por cierto, esto es algo a tener en cuenta cuando se pasea por playas salvajes o se bucea en muelles abandonados.
