El encantamiento con Suecia suele comenzar en la infancia, inmersos en las páginas de los libros de Astrid Lindgren y Selma Lagerlöf. Cuando contemplamos las cautivadoras fotografías de Suecia en las revistas de viajes, casi podemos imaginar a Carlson sobrevolando los tejados puntiagudos de encantadoras casas de entramado de madera, cargado con un haz de bollos aromáticos.
De jóvenes, nuestra imaginación queda cautivada por estimulantes vídeos de Suecia dando la bienvenida a sus héroes musicales como Roxette, Draconian y The Cardigans. Como adultos con familia, ojeamos las imágenes de los centros turísticos suecos y nos alegramos de la genuina amabilidad del país para con los niños, evidente en las sonrisas de los niños que juegan en los parques infantiles, libres de las interminables tareas de la vida moderna. Las sonrisas tensas son cosa de adultos. Si las responsabilidades domésticas empiezan a agobiarte, las fotos y vídeos de Suecia durante la temporada de esquí pueden rejuvenecer tu espíritu y encender una pasión juvenil por conquistar los elementos.
Entonces, ¿cuál es la verdadera esencia de Suecia, más allá de las brillantes imágenes de innumerables guías turísticas? Deja a un lado la guía y prepárate para seguir a los gansos salvajes, como hizo Niels. Incluso las mejores fotografías de las atracciones de Suecia se quedan cortas a la hora de captar el latido de la vida en este reino mágico, oculto tras capas de brillante publicidad.