Lisboa está situada en el suroeste de la Península Ibérica, a lo largo de la costa del río Tajo. Es el principal puerto de Portugal. La distancia media entre la ciudad y el Océano Atlántico es de aproximadamente 15 kilómetros. Aproximadamente una cuarta parte de la población de Portugal reside en la aglomeración urbana de Lisboa, y la población de la ciudad es predominantemente portuguesa en un 97%.
La historia de Lisboa se remonta a más de 20 siglos, y se cree que sus orígenes se remontan al siglo II antes de Cristo. Los fenicios fueron los primeros pobladores de la ciudad, en torno al año 1200 a.C., y se cree que ya entonces esta zona servía de puerto comercial. A lo largo de los siglos, Lisboa cambió de manos en múltiples ocasiones, habiendo formado parte del Imperio Romano, del dominio visigodo, del califato islámico e incluso de Francia en distintos periodos. Lisboa se convirtió oficialmente en la capital de Portugal en 1256.
El año más difícil de la historia de la ciudad fue 1755, cuando un gran terremoto estuvo a punto de devastarla. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, Lisboa había sido completamente reconstruida. En la actualidad, es una ciudad que aprecia su rico patrimonio y conserva lo mejor de las tradiciones de la vieja Europa.