Kamakura, situada en la isla de Honshu, tiene importancia histórica y administrativa en Japón. Además, está muy cerca de Tokio, ya que sólo 50 kilómetros separan la antigua de la nueva capital japonesa. En la actualidad, Kamakura se considera relativamente pequeña dentro de los estándares japoneses, con una población de sólo 175.000 habitantes. Sin embargo, en el pasado, Kamakura ostentaba la estimada condición de capital de Japón. Fue aquí donde arraigó el movimiento samurái clásico y donde se sentaron las bases del budismo zen japonés.
Los orígenes de Kamakura se remontan a 1192, cuando fue fundada por Minamoto no Yoritomo. En 1180, designó Kamakura como su residencia debido a su situación estratégica, que proporcionaba una fortaleza defendible contra posibles invasores. El gobierno bakufu se estableció aquí y permaneció hasta 1333, cuando el shogunato Kamakura fue finalmente derrocado.