Kamakura puede ser relativamente pequeña según los estándares locales, con alrededor de 175,000 residentes permanentes, pero tiene una inmensa importancia para el pueblo japonés. Alguna vez fue la capital del país y hoy atrae a peregrinos budistas de todo el mundo. La ciudad cuenta con una gran cantidad de antiguos complejos de templos que están abiertos a los visitantes, con tarifas de entrada que generalmente varían entre 1 y 3 USD.
Una de las atracciones más destacadas de la ciudad es el Daibutsu, una colosal estatua de bronce de Buda que mide 13.5 metros de altura y pesa impresionantes 121 toneladas. Es la segunda figura de Buda más grande de Japón. Otro sitio notable es el Monasterio Tōkeiji, donde las mujeres que sufrían violencia doméstica buscaban refugio y, después de residir allí durante tres años, podían obtener el divorcio. La leyenda dice que un edificio cerca del Templo Engaku-ji alberga uno de los dientes de Buda.
Se cree que el clima único de Kamakura, gracias a su entorno boscoso, tiene beneficios para la salud. Aunque la ciudad cuenta con solo tres playas, es suficiente para una escapada relajante. Entre ellas, Yuigahama es la más renombrada y alberga espectaculares exhibiciones de fuegos artificiales durante las noches de verano. Inamuragasaki ofrece el mejor punto de vista para disfrutar de impresionantes puestas de sol, mientras que Shichirigahama es el lugar ideal para practicar surf y varios deportes acuáticos.