El balneario israelí está situado a 395 metros bajo el nivel del mar, en el Rift africano-sirio, al este del país. La ciudad es un gran complejo sanitario, encaramado en una colina junto al manantial que le dio nombre, Ein Bokek. Su conveniente ubicación es una ventaja añadida a la hora de elegir un lugar de vacaciones para turistas: una hora y media en coche y ya se está en Jerusalén, o 30 minutos más tarde en la cercana ciudad de Arad.
La ciudad turística es relativamente pequeña: Ein Bokek tiene unos 1.400 habitantes. Pero la zona cuenta con más de una docena de hoteles, tres grandes centros comerciales y una clínica.
La moneda nacional es el nuevo shekel (ILS).
Ein Bokek: un poco de historia
Las colinas de Judea que rodean la ciudad han sido testigos de historias bíblicas, y los arqueólogos están convencidos de que Ein Bokek fue fundada en la antigüedad, y hace muchos miles de años, los cazadores se detenían aquí en busca de sus presas. El balneario también es conocido por los textos de la Biblia, ya que en él se encuentra el monte Sodoma.
Profetas hebreos y monjes cristianos, Juan el Bautista, el rey David, Jesucristo recorrieron esta tierra, dándole una energía especial y enriqueciéndola con un significado sagrado.
Los hallazgos confirmados por los historiadores arrojan luz sobre la finalidad original de la ciudad: Ein Bokek estaba fortificada por fuertes romanos para proteger las caravanas que transportaban la preciada sal. También se descubrió aquí la primera fábrica de medicamentos que funcionó en la Antigüedad.
