Dadas las condiciones meteorológicas de la estación, no hay que preguntarse cuándo empieza la temporada de lluvias en Ein Bokek. Lo cierto es que el sol brilla prácticamente todo el año, y las lluvias, si las hay, sólo se producen entre enero y marzo. Estas precipitaciones sólo pueden durar un máximo de dos días, por lo que se puede afirmar que no hay temporada de lluvias en Ein Bokek.
Las olas del Mar Muerto, o para ser más precisos, incluso los lagos, son conocidos por su alto contenido en sal y la elevada densidad del agua. Es casi imposible ahogarse en ellas, pero de todos modos hay que extremar las precauciones.
Las cartas de mareas en Ein Bokek no son necesarias para los turistas. Venga cuando quiera; el Mar Muerto se queda donde está.
La vegetación y la vida animal de Ein Bokek
Verdes arboledas, majestuosos cipreses y un derroche de coloridas flores no son, por desgracia, la norma en Israel. La flora de Ein Bokek es muy escasa, y muchos turistas se quejan de que no hay suficiente verde. Sólo hay rocas y piedras alrededor, y palmeras solitarias a lo largo de la carretera.
La fauna de Ein Bokek no es mejor. No hay peces ni vegetación en el agua; por alguna razón, los seres vivos no quieren vivir en las olas saladas. Pero la región es favorecida por muchas aves, que adoran los climas más cálidos.
En cuanto a la vegetación en principio, los turistas que llegan a la ciudad en una excursión desde Tel Aviv deben pasar por el bosque artificial de Yatir, situado en las cercanías. Este lugar es famoso por su clima especial y tiene un efecto increíblemente beneficioso para los veraneantes con enfermedades respiratorias.