Ammán está situada a orillas del río Ez-Zarqa, en la región noroccidental del Reino Hachemí de Jordania. Dentro de los límites de la ciudad, encontrará siete colinas, lo que lleva a decir que Ammán no tiene sólo uno, sino siete centros. La ciudad está aproximadamente a 35 km del Mar Muerto y a 110 km del Mar Mediterráneo. La población de Ammán ronda los 2 millones de habitantes.
Los orígenes de la ciudad se remontan al siglo VII, cuando era conocida como Rabbat Ammon. A lo largo de los siglos, fue testigo de la influencia y el control de varias potencias, como los romanos, los árabes y los turcos, cada una de ellas compitiendo por el dominio.
En la época helenístico-romana adoptó el nombre de Filadelfia. A principios del siglo XVI, Ammán pasó a formar parte del Imperio Otomano, donde permaneció hasta la Primera Guerra Mundial. No fue hasta 1946 cuando se convirtió en la capital del recién creado Reino Hachemí de Jordania.
Otro nombre asociado a la ciudad es el de Ciudad Blanca, debido al uso predominante de piedra caliza blanca en sus edificios. En la actualidad, Ammán rinde culto a la monarquía, con retratos del rey Hussein y sus sucesores adornando muchos postes e intersecciones, lo que puede sorprender inicialmente a algunos turistas.