Amán, situada a lo largo de siete colinas, cuenta con una rica y antigua historia. Aunque parte de la evidencia de eras y gobernantes pasados ha sobrevivido al paso del tiempo, no todo ha permanecido intacto debido a la fuerza destructiva de los terremotos que han ocurrido a lo largo de los años.
No obstante, la capital de Jordania ha logrado preservar magníficas estructuras de la era romana, cuidadosamente restauradas y protegidas por las autoridades locales. Entre ellas se encuentran el teatro romano, tallado en la roca con capacidad para 6,000 espectadores, el santuario de las ninfas y una fortaleza en la cima de la colina más alta, entre otros. Amán también cuenta con edificios modernos que atraen a los turistas, como la Mezquita del Rey Abdullah, que está abierta al público.
La ciudad alberga una variedad de museos que ofrecen una visión de la cultura y las tradiciones jordanias, así como un vistazo al opulento estilo de vida real. El Museo del Automóvil, que exhibe la colección personal del Rey Hussein, es una atracción notable. Los visitantes también pueden explorar la exuberante vegetación y la fauna local en el Parque Nacional.
Explorar los restaurantes y cafés locales es una experiencia obligada, donde se destacan las cocinas del Medio Oriente y jordania. Por último, ningún viaje a Amán estaría completo sin una visita a los zocos y mercados locales, donde puedes sumergirte en la vibrante atmósfera y comprar tesoros únicos.