Georgia está situada en una zona de actividad sísmica; aquí se producen periódicamente terremotos con una amplitud de 4,3 a 6,0 grados en la escala de Richter; en las regiones montañosas se producen aludes y avalanchas de lodo en la estación cálida; y en primavera y otoño las lluvias suelen arrasar carreteras, desbordar ríos y desplazar suelos.