A muchos adultos —y probablemente a la gran mayoría de los niños— les encantan los delfinarios. Los espectáculos con estos mamíferos inteligentes siempre son divertidos y emocionantes. Si nunca has estado en un delfinario, te recomendamos visitar el de Batumi.
Historia
El primer delfinario de la Unión Soviética fue creado en 1975. Se convirtió en uno de los símbolos de Batumi y fue muy popular entre los turistas. Todos los viajeros querían ver aquella curiosidad — se formaban largas colas. Lamentablemente, durante la época de la perestroika, el delfinario decayó por falta de financiación y de cuidados adecuados. Poco después fue demolido, y los animales marinos fueron enviados a Chipre.
Durante bastante tiempo, los habitantes de Batumi se quedaron sin este entretenimiento fascinante. Pero en 2009, un benefactor anónimo regaló a la ciudad un nuevo delfinario, que pronto ganó gran popularidad.
Información sobre el complejo
Encontrar el delfinario es muy fácil: está situado de camino a la playa, en el Parque 6 de Mayo, para ser más exactos, en el número 51 de la calle Rustaveli. La instalación es pequeña pero espaciosa, con capacidad para 700 espectadores. El complejo cuenta con tres piscinas y está dividido en cuatro sectores. Los visitantes están protegidos de la intemperie por un toldo. Hay rampas para cochecitos e instalaciones para discapacitados. Además, el complejo del delfinario cuenta con:
- Zoológico;
- Acuario;
- Cafetería.
Espectáculos
Todos los días, excepto los lunes, podrá asistir a un espectáculo de 40 minutos. Las principales estrellas del delfinario -dos crías de delfín y ocho adultos- actúan dos veces al día (a las 16:00 y a las 19:00).
Los entrenadores interactúan con el público en dos idiomas:
La temporada alta con mayor asistencia es de mayo a septiembre. Durante los meses más fríos, las actuaciones son menos frecuentes, principalmente los fines de semana.
Precios
Las entradas para el espectáculo cuestan:
- Espectáculo diurno (16:00)
20 GEL;
- Espectáculos nocturnos (19:00 y 21:00)
25 GEL.
Los niños menores de 6 años entran gratis (si no necesitan asiento separado).
Tenga en cuenta que durante el verano puede ser difícil conseguir entradas, por lo que se recomienda comprarlas con antelación o acudir a la taquilla antes de la apertura a las 10:00.
El delfinario también ofrece una actividad de pago — nadar con delfines (15 minutos):
- Para niños de 5 a 16 años
150 GEL;
- Para adultos (a partir de 16 años)
200 GEL.
Para participar en la actividad, es necesario reservar con antelación, preferiblemente con una semana de anticipación.
Más información y reservas de entradas en el sitio web oficial: dolphinarium.ge.
Ventajas y desventajas
Empecemos por las desventajas:
En el pasado, el programa del delfinario era mucho más entretenido, con delfines, focas y leones marinos, y los espectáculos eran más largos. El propio delfinario era más espacioso.
El principal inconveniente del delfinario moderno es que está al aire libre. La marquesina no ofrece mucha protección en caso de mal tiempo. Si espera que los espectáculos se cancelen con lluvia, se equivoca: se celebran con cualquier tiempo.
Otro matiz desagradable es que si quiere permanecer seco hacia el final del espectáculo, consiga entradas para la 5 fila y superiores.
La duración anunciada del espectáculo, 40 minutos, no es exacta: en realidad, el espectáculo dura un máximo de 25 minutos. También hay un problema con los idiomas: los entrenadores hablan principalmente en georgiano e inglés, por lo que si no conoce estos idiomas, sólo podrá ver el espectáculo sin entenderlo del todo.
Los actos son cortos y algo aburridos. Hay muy pocos. El único momento positivo es cuando el entrenador selecciona a niños del público para que interactúen con los delfines.
La piscina de los delfines es muy pequeña y parece abarrotada para los animales.
Desgraciadamente, hay menos ventajas:
Asequibilidad - uno de los precios más bajos.
El nuevo edificio del delfinario.
El espectáculo puede resultar atractivo para los turistas que no hayan estado antes en este tipo de lugares y no tengan con qué compararlo.
