Dublín, la ciudad más grande y encantadora de la Isla Esmeralda, es un lugar donde antiguas catedrales, exuberantes jardines y filas ordenadas de casas bajas crean una atmósfera que recuerda a un pueblo de cuento de hadas. Aunque Dublín es el corazón palpitante de las actividades culturales y comerciales de Irlanda, no encontrarás modernos rascacielos de vidrio ni siquiera en sus barrios más nuevos. Esta distintiva ausencia de edificios altos le añade un encanto provincial único a la ciudad.