Los ciudadanos españoles no necesitan visado para entrar a Noruega para estancias de corta duración, ya que el país forma parte del Espacio Schengen. Los españoles pueden permanecer en Noruega hasta 90 días en un período de 180 días sin necesidad de visado, siempre que el propósito del viaje sea turismo, negocios o visitas familiares.
El principal activo de la ciudad son sin duda las antiguas iglesias de madera, construidas sin un solo clavo. Hay muchas iglesias de este tipo en Bergen y en toda Noruega.
Lo mismo ocurre con los viejos edificios de madera. La mayor concentración de ellos se encuentra en el paseo marítimo (barrio de Bryggen). Aproximadamente una cuarta parte de las casas se construyeron antes de principios del siglo XVIII. Parte de ellas se trasladaron al museo de la ciudad.
La antigua Bergen es una ciudad-museo formada por 50 edificios de madera de diferentes épocas de construcción (desde finales del siglo XVIII hasta principios del XX).
En el Museo Hanseatisk se puede ver cómo vivían los mercaderes hanseáticos durante sus viajes de negocios a Bergen.
Otra atracción local es el barco blanco de 40 metros Statsraad Lehmkuhl, construido a principios del siglo XX.
A 20 kilómetros de la ciudad se encuentra el Museo Noruego del Género de Punto, único en Noruega.
No lejos del Museo del Género de Punto se encuentra la residencia oficial del Rey de Noruega, Gamlehaugen.
La mejor forma de llegar a la ciudad es en los autobuses exprés Flybussen. Recorren toda la ciudad, incluido el centro.
Dondequiera que vayas en Bergen, ya sea a un restaurante elegante o a una cafetería económica, te ofrecerán una gran variedad de platos de pescado. Gambas marmoleadas, pulpos morados, cangrejos color castaño, carne de ballena, pretzels con medusa rellena de ciruela blanca y granos de granada, salmón en todas sus variaciones: ¡es imposible resistirse a semejante espectáculo culinario! Aunque todos estos manjares también pueden prepararse en casa: el Mercado de Pescado te será de gran ayuda.
Cabe señalar que en Bergen no solo se veneran los platos de pescado. En los mejores restaurantes de la ciudad se sirven excelentes platos de carne de reno y caza. Si, mientras visitas las atracciones locales, te apetece algo ligero, la mejor opción es un pastel de pescado (fiskekake) y klippfisk (bacalao o caballa remojada en una solución alcalina), los cuales se pueden probar en cualquier cafetería del puerto.
Y para el postre, no te olvides de pedir un kvikk lunsj (barquillos cubiertos de chocolate), un rollo dulce llamado skillingsbolle, fresas noruegas (jordbaer) y un gløgg caliente (vino tinto con especias y almendras).