Nos hacemos una primera impresión de la ciudad incluso antes de pisar su suelo. Y Borovets no es una excepción. Basta con mirar las fotos de la ciudad en los folletos turísticos, o admirar los reportajes de quienes ya han estado allí, para no resistirse a la tentación. Las calles de Borovets están enterradas en la exuberante nieve centelleante, y los abetos y pinos centenarios envuelven suavemente esta belleza. Por cierto, el nombre de la estación procede de la palabra bor - abeto en búlgaro.
La vida de la concurrida localidad no se detiene cuando llega la noche, las luces brillantes y las casas al viejo estilo búlgaro sólo piden ser fotografiadas. Borovets de noche no es menos bonito que de día. Por la noche, las pistas de Borovets se iluminan con las luces, ¡así que no dude de que sacará fotos estupendas!
Si viene una vez a Borovets, no sólo se llevará fotos bonitas, sino también una carga de energía, buen humor y ganas de volver otra vez al mundo de los pinos, la nieve y el sol.