São Paulo no puede considerarse una ciudad segura. Aunque los lugareños, sobre todo los que trabajan en la infraestructura turística, son amables y acogedores, la delincuencia callejera hace estragos en la metrópoli. Evite incidentes desagradables no llevando grandes sumas de dinero.
No deje desatendidas sus pertenencias, especialmente los objetos de valor. Procure no visitar los suburbios que no estén relacionados con rutas turísticas. En caso de problemas, pregunte a la policía, que abunda en las calles, o a los vigilantes de seguridad de los establecimientos más cercanos.