Si busca comida sabrosa y asequible en Innsbruck, el casco antiguo es un buen punto de partida.
La cocina tirolesa es conocida por su sencillez y generosidad. Podrá disfrutar de platos como albóndigas gigantes con diversos rellenos como carne, verduras o dulces, fideos spatzal con salsa de cebolla y queso, y el delicioso queso graukeze.
En cuanto a los platos de carne, no se pierda el Wiener schnitzel, una tierna chuleta de ternera rebozada en pan rallado y servida con mermelada de arándanos rojos. Puedes acompañarlo con patatas fritas, patatas a las finas hierbas o ensalada de patatas. Para complementar su copiosa cena, lo mejor es disfrutar de una deliciosa cerveza local.
Además, la cocina tirolesa presume de deliciosos postres. No deje de saborear el strudel y las tortitas fritas con mantequilla, rociadas con mermelada y espolvoreadas con azúcar glas.
Los típicos restaurantes tiroleses suelen presentar un robusto mobiliario de madera, junto con una decoración que incluye pieles de animales o peluches.