Innsbruck, que alguna vez fue el hogar ancestral de los Habsburgo, todavía da testimonio de su herencia real a través de sus opulentos edificios históricos. Los entusiastas de la arquitectura deben asegurarse de visitar la antigua residencia de los gobernantes del Tirol: el Palacio Hofburg. Otro símbolo icónico de la ciudad es el "Techo Dorado," un balcón adornado con láminas de cobre dorado.
Para los amantes del arte, el Castillo de Ambras es un museo de visita obligada, con su colección iniciada por el Archiduque Fernando. El museo alberga una variedad de pinturas, armamento y otros tesoros. El principal sitio religioso de Innsbruck es la Catedral de Santiago, que guarda una importante reliquia católica: la imagen de María la Auxiliadora. Entre los hitos religiosos de la ciudad también se encuentran la Catedral de Hofkirche, hogar de la tumba del Kaiser Maximiliano I, y la Basílica de Wiltener.
Además, los visitantes deben reservar tiempo para explorar el Museo Olímpico, ya que Innsbruck fue sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en dos ocasiones, en 1964 y 1976. Otras atracciones notables incluyen el Museo Real de Caza, el Museo Anatómico y el Museo de la Campana, con una colección acumulada por la misma familia durante 400 años. Y si te aventuras a 15 kilómetros de Innsbruck, descubrirás una verdadera joya subterránea: el museo "Mundos de Cristal de Swarovski," situado en el sitio de la primera fábrica de la compañía.