¿Dónde está Montecarlo?
Montecarlo es una prolongación de la Riviera francesa, enclavada en los complejos turísticos de la Costa Azul. Se encuentra a orillas del mar de Liguria, en el Principado de Mónaco, situado entre Francia e Italia. Montecarlo está enclavada en una región montañosa, aparentemente entre acantilados. Una característica interesante del trazado de la ciudad es que el acceso a las playas se realiza principalmente a través de los ascensores de la calle, que transportan a los residentes y visitantes de la capital de Mónaco entre las diferentes gradas.
La población de Montecarlo supera ligeramente los 3.000 habitantes, y la moneda oficial es el euro (EUR).
Historia de Montecarlo
La historia de Montecarlo no se remonta a la Antigüedad ni a la Edad Media, sino que hunde sus raíces a mediados del siglo XIX. Todo comenzó con la inauguración del que se convertiría en el casino europeo más renombrado de su época.
En la década de 1850, la dinastía principesca de los Grimaldi, que sigue reinando en Mónaco en la actualidad, atravesó graves dificultades financieras. Las arcas del Estado estaban casi vacías y carecían de empresas rentables. En respuesta, Carolina, la emprendedora esposa del príncipe Florestan, decidió establecer un complejo turístico en el Principado. El centro de atención y atracción turística sería un casino.
Con el apoyo del conocido empresario francés François Blanc, Carolina inauguró un establecimiento de juego en la base del monte Charles en 1863. Al principio, el lugar era poco atractivo y estaba algo descuidado. Sin embargo, cuando se prohibió el juego en Alemania, los casinos de Mónaco empezaron a atraer a visitantes de todos los rincones de Europa.
Poco a poco, esta remota provincia se transformó en un prestigioso centro turístico, aumentando considerablemente los ingresos del principado. En 1879, el edificio del casino fue objeto de una lujosa reconstrucción, reflejo de la opulencia de la ópera parisina. El complejo incluía ahora un hotel, un restaurante y una sala de conciertos. Desde entonces, Montecarlo ha seguido siendo la principal fuente de prosperidad del Principado, beneficiando tanto al Estado como a la familia Grimaldi personalmente.
