Al llegar a Vilna y querer probar los platos nacionales, sin duda se sorprenderá de lo cercana que es la cocina lituana a las tradiciones de los países vecinos. Por eso, los menús de los restaurantes y cafés de Vilna le resultarán muy familiares y fáciles de comprender.
Aquí predominan los platos contundentes a base de patatas y carne. El borsch también es muy popular en Lituania, especialmente en su versión fría.
El principal plato nacional de Lituania son los cepelinai: grandes albóndigas elaboradas con patata cruda y cocida rallada, rellenas de carne picada (o a veces de requesón u otros ingredientes). Se sirven con crema agria y tocino frito. Tenga en cuenta que es un plato bastante graso y extremadamente saciante.
Además, en los restaurantes de Vilna se pueden encontrar muchos otros platos a base de patata, como las salchichas de patata e incluso el enigmático “patata dentro de patata”. Los amantes de la carne podrán degustar jabalí asado, carne de castor, pato o corzo.
Los aficionados al café deben saber que en la capital de Lituania se sirve uno de los mejores cafés de Europa. Y para los amantes de las bebidas alcohólicas nacionales, les espera la hidromiel “Žalgiris” de 75 grados y dos años de envejecimiento. ¡Para degustarla se necesita una buena resistencia! Además, no deje de probar las cervezas y vinos locales, así como el licor de frambuesa: ¡es simplemente divino!


