La cocina bávara es más conocida por sus platos contundentes y sabrosos que por su sofisticación. Los muniqueses prefieren la comida sencilla pero saciante, a menudo rica y especiada.
No es de extrañar que muchos restaurantes de Múnich se especialicen en platos tradicionales bávaros como el Bretzel (pretzel bávaro salado), el Obatzda (queso de untar elaborado con camembert), el aspic al estilo bávaro (Sülze), las albóndigas de patata (Kartoffelklöße), el chucrut con alcaravea y manzanas (Sauerkraut) y el codillo de cerdo asado (Schweinehaxe).