La capital de Baviera está situada en la parte meridional de Alemania, lo que contribuye al turismo durante todo el año: los inviernos son suaves, con poca nieve, y las temperaturas estivales rara vez superan los +25°C.
Múnich está situada a orillas del pintoresco río Isar, y a sólo dos horas de distancia hay varios grandes lagos y estaciones de esquí con acogedoras localidades balnearias.
La población de Múnich es de 1,4 millones de habitantes. Los residentes locales se sienten muy orgullosos de sus tradiciones bávaras, lo que permite a este moderno centro informático mantener su característico encanto.
Múnich se fundó como asentamiento de monjes en el siglo VIII y adquirió la categoría de ciudad en el siglo XII. Más tarde, la célebre familia feudal alemana de los Wittelsbach construyó aquí una residencia, que hoy es un popular museo.
Hasta finales del siglo XIX, Múnich siguió siendo la capital del Reino de Baviera. En 1810, la ciudad acogió las primeras celebraciones públicas a gran escala dedicadas a la boda del príncipe heredero Luis y la princesa Teresa de Sajonia, que marcaron el inicio de las tradiciones del Oktoberfest.
En 1972, Múnich se convirtió en la capital de los Juegos Olímpicos, y el magnífico Parque Olímpico sigue siendo hoy un lugar de peregrinación para los turistas.
