A pesar de la constante afluencia de emigrantes de antiguas colonias alemanas y países de Oriente Próximo, el nivel de seguridad en la capital sigue siendo alto. Se aplica el consejo universal: cuidado con los carteristas en las zonas turísticas más concurridas, como Alexanderplatz, los alrededores de la Catedral y el Puente del Palacio.