Porto Vecchio está enclavado en las colinas verdes de la costa de Córcega. La ciudad mira hacia las aguas cristalinas de la bahía, a lo largo de la cual se extienden sus playas.
El arena dorada, el agua clara y los árboles que bordean la franja de arena crean una atmósfera impresionante. La mayoría de las playas se pueden alcanzar a pie desde la ciudad, pero la playa de Palombaj está un poco más lejos. Sin embargo, los turistas que llegan aquí no se arrepentirán, ya que es una de las playas más hermosas de Porto Vecchio.
Sobre Porto Vecchio se alza una fortaleza, erigida aquí en el siglo XVI para proteger contra los ataques del mar. Ahora la fortaleza se ha convertido en un pintoresco monumento del pasado. Las calles del centro histórico de Porto Vecchio también rezuman antigüedad. Pasear por ellas, impregnado del espíritu del pasado, es simplemente maravilloso.
Porto Vecchio es bastante pequeño, pero la abundante vegetación, las casas que descienden de las colinas y, lo más importante, el inefable sabor corso lo hacen atractivo para los viajeros. Como resort, Porto Vecchio comenzó a desarrollarse desde mediados del siglo XX, cuando durante la Segunda Guerra Mundial se erradicó completamente la malaria. El drenaje de los pantanos liberó a la ciudad de la plaga que la había acosado durante siglos. Desde entonces, se ha desarrollado como un centro turístico, el número de hoteles ha crecido y la infraestructura del resort ha mejorado.