En Deauville no hace falta elegir qué playa es la mejor: solo hay una. Pero puede considerarse sin duda una de las principales atracciones de la ciudad. La playa de Deauville se extiende por varios kilómetros. Es muy ancha y está impecablemente limpia. Cada día, maquinaria especializada la limpia y tamiza la arena.
Originalmente, la franja costera era completamente de arcilla. Pero cuando la ciudad se transformó en un balneario para la élite bohemia, se trajo arena marina fina para cubrir toda la costa. Así, la arena suave y la limpieza perfecta hacen de la playa de Deauville una de las mejores para vacaciones familiares con niños.
A lo largo de toda la playa se encuentra el famoso paseo de madera Les Planshes con cabinas que llevan los nombres de estrellas de Hollywood. Estas cabinas de estilo art déco fueron construidas en el siglo XIX para las esposas e hijas de los aristócratas. Como es sabido, en aquella época las damas no se bañaban ni tomaban el sol, sino que simplemente disfrutaban del paisaje y respiraban el aire marino. Por cierto, esta tradición se rompió por primera vez justamente en la playa de Deauville.
La “revolución de la playa” la protagonizó en 1922 la excéntrica Coco Chanel. Ella declaró que un rostro de “color aspirina” no estaba de moda, y se puso a tomar el sol y a nadar con una ropa bastante atrevida, que se convirtió en la precursora del bikini moderno.
¡Todas las revistas francesas de la época escribieron sobre su “baño”! Coco Chanel abrió en Deauville su primera boutique de trajes de baño femeninos, que se vendieron como pan caliente.
Por cierto, si quiere alquilar por un día la cabina con el nombre de su actor o actriz favorito, solo tiene que pagar 20 EUR y será suya.


