Vuelos baratos a Copenhague

Los ciudadanos españoles no necesitan visado para viajar a Copenhague ni a ningún otro lugar de Dinamarca. Al ser parte de la Unión Europea y del espacio Schengen, los españoles pueden ingresar y permanecer en Dinamarca hasta 90 días sin visa, solo con un pasaporte o DNI válidos.

Cuando esté en Copenhague, el primer lugar que debe visitar es el histórico Indre Bye. Aquí podrá admirar edificios antiguos, pasear en silencio por callejuelas estrechas e imaginar en colores cómo era la ciudad hace siglos.

El barrio de Christianshavn destaca por sus canales y la "ciudad libre" llamada Christiania. En el barrio de Osterbro se encuentra la ciudadela de Kastellet, mientras que en Vesterbro abundan los cafés y bares interesantes. La parte más colorida de Copenhague es Nyhavn (Puerto Nuevo), hogar de artistas, poetas y otros bohemios creativos.

Quizá le apetezca ver el símbolo de la ciudad: la famosa escultura de la Sirenita. Se encuentra a la entrada del puerto y se puede llegar en los trenes de cercanías Re-tog o S-tog. Una vez que se baje en la estación de Østerport, diríjase hacia el paseo marítimo de Langelinie y siga las indicaciones (dicen Lille Havfrue).

No deje de visitar el Palacio de Amalienborg, residencia oficial de la familia real danesa. Todos los días, hacia el mediodía, podrá contemplar la espectacular ceremonia del cambio de guardia a sus puertas.

Puede utilizar el metro en la Terminal 3 o tomar un tren o un autobús. Un trayecto en taxi es bastante más caro

El marisco es uno de los platos favoritos de los lugareños, y es la base tanto de segundos platos como de sopas. Pero en la cocina danesa también hay sitio para las delicias de carne. Por ejemplo, cerdo frito con lombarda, paté de hígado de cerdo, pollo salado con piña.

A los daneses también les encantan los dulces. Recomendamos probar la red-gres-mez-flese (aromática y sabrosa sopa-crema agria con nata montada), así como la tarta de manzana con gelatina de grosella.

Puede probar las delicias tradicionales en Geranium, la pastelería La Glace y el romántico St. Gertruds Kloster.