Organizar unas buenas vacaciones en Estonia en noviembre no es tarea para mentes mediocres. Las difíciles condiciones meteorológicas obligan a los viajeros a ajustar los planes sobre la marcha, y las condiciones meteorológicas distan mucho de ser ideales.
La lluvia húmeda mezclada con nieve a +2-3°C hace sentir nostalgia y dan ganas de meterse bajo una manta y no asomarse por el hotel. Sin embargo, los viajes a Estonia en noviembre no sólo atraen a los cazadores de descuentos estacionales. Los aficionados a la gastronomía están dispuestos a soportar todos los caprichos del tiempo por el bien de la Semana de los Restaurantes de Tallin, reconocida como el certamen culinario más prestigioso del país, mientras que los cinéfilos que acuden al famoso festival de cine PÖFF se pasan las 24 horas viendo las películas a concurso, ignorando los furiosos elementos del exterior de la sala.
Los bajos precios de las vacaciones en Estonia en noviembre ofrecen a los mayores una saludable idea para mejorar su salud en uno de los muchos balnearios de la costa suroeste. Si se desea, el descanso saludable en Estonia en otoño puede complementarse con diversas excursiones, compras y clases magistrales de artesanía popular. Las famosas ciudades balneario de Pärnu, Kuressaare y Haapsalu comparten de buen grado el patrimonio cultural de distintas épocas.
Los precios medios de los viajes a Estonia en noviembre para alojarse en un hotel normal de categoría confort oscilan entre 250 y 300 EUR. Una semana de descanso en un hotel balneario de clase 4* costará un orden de magnitud superior: unos 400 EUR.
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