El centro histórico de Tallin, conocido como el distrito Vanalinn, ostenta el prestigioso título de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los propietarios de estos edificios tienen prohibido alterar su apariencia, preservando la encantadora atmósfera de una ciudad medieval incluso hoy en día. En los lugares donde antes se encontraban posadas en los siglos XVI y XVII, ahora se pueden encontrar auténticos hoteles y restaurantes que ofrecen cocina nacional tradicional.
Entre los lugares imprescindibles para visitar en Tallin se encuentran la Catedral de Santa María (una de las iglesias más antiguas de la ciudad y lugar de descanso del navegante Ivan Kruzenstern), la iglesia de Oleviste (San Olaf), el museo etnográfico al aire libre Rokka-al-mare y el Museo Marítimo. No olvides explorar el museo de la farmacia en la Plaza del Ayuntamiento, reconocido como una de las farmacias en funcionamiento más antiguas de Europa.
Tallin alberga numerosos restaurantes cautivadores ubicados en edificios antiguos, donde puedes saborear la clásica cocina estonia preparada según recetas centenarias. Por ejemplo, el restaurante Olde Hansa, ubicado en un edificio del siglo XVII, sigue un principio único: solo utilizan ingredientes que estaban disponibles en Europa antes del siglo XV, y su menú presenta platos hechos de carne de venado y oso, inspirados en crónicas antiguas.