Egipto cuenta con un sistema de transporte razonablemente bien desarrollado, y los viajeros pueden acceder a casi todos los rincones del país de forma asequible a través del transporte público.
Alejandría y El Cairo son las únicas ciudades de Egipto con sistemas de transporte propios. Sin embargo, las normas de circulación aquí pueden describirse como poco convencionales, con una aparente falta de reglamentos estructurados. En Egipto, los autobuses rara vez se detienen por completo; los pasajeros suelen perseguirlos o subirse en marcha. Dentro de estos autobuses abarrotados, un revisor suele desplazarse para ayudar a los pasajeros.
Para una alternativa más cómoda a este tipo de transporte público, considere la posibilidad de utilizar minibuses. Los conductores de minibuses sólo paran para recoger pasajeros hasta que todos los asientos están ocupados.
El transporte ferroviario se considera el medio más rentable para viajar por el país. Aunque técnicamente los turistas pueden comprar billetes de primera clase, es habitual que los cajeros intenten persuadirle para que compre billetes de lujo más caros por diversos motivos.
El sistema de metro está disponible exclusivamente en El Cairo. Sin embargo, sólo una parte de la línea es subterránea, ya que el resto del recorrido consiste en líneas de ferrocarril modernizadas. Para aliviar la congestión del tráfico, está previsto construir más ramales subterráneos en el futuro. Un billete de metro en El Cairo cuesta 1,30 EGR.
