La exótica zona turística de Recife presume de un clima único, con una temperatura media anual que rara vez desciende por debajo de los +22°C.
Según los datos meteorológicos, el clima más cálido en Recife se registra en enero, con temperaturas que alcanzan los +30°C.
Si está interesado en conocer la previsión de tiempo en Recife para la semana durante los meses de verano, julio se destaca como el mes más fresco en esta ciudad. Sin embargo, en lo que respecta a la previsión del tiempo en Recife, cabe destacar que junio y julio son los meses con más precipitaciones. Mayo y abril también se consideran meses lluviosos.
En otoño, la previsión meteorológica de 5 días para Recife muestra que noviembre es el mes más seco del año, lo que atrae a una oleada de turistas deseosos de asegurarse los mejores lugares de playa lo antes posible.
En comparación con otras ciudades balnearias brasileñas, Recife disfruta del tiempo más confortable y agradable en 3 días gracias a los suaves vientos alisios que soplan desde el océano.
¿Cuándo es el mejor momento para visitar Recife con un presupuesto?
Recife, al estar situado en un hemisferio completamente diferente en comparación con los países a los que estamos acostumbrados, puede dejarle con la duda de si merece la pena visitarlo durante el verano. Sin embargo, esta duda es infundada. Aunque la temperatura puede descender ligeramente durante esta época, el agua permanece agradablemente templada. Es posible que los lugareños, acostumbrados al clima cálido, no se bañen con tanta frecuencia.
Si ha decidido visitar Recife, merece la pena averiguar cuál es la mejor época para ir. El carnaval anual de la ciudad atrae a las mayores multitudes, por lo que los meses de invierno suelen ser la opción ideal.
Para quienes busquen unas vacaciones de playa con un presupuesto ajustado, hay épocas concretas en las que resulta más económico visitar Recife. Marzo es uno de ellos, cuando el océano se enfría un poco y la afluencia de turistas disminuye tras el carnaval anual. También se puede considerar la posibilidad de viajar en agosto o septiembre para, además de conseguir un magnífico bronceado, explorar los lugares históricos de la ciudad manteniendo intacta una parte importante del presupuesto.