La duodécima capital de Armenia se "abrió" en la parte nororiental del valle del Ararat y, tras la expansión de los límites de la ciudad, "capturó" los picos de las mesetas volcánicas de Avan y Kanaker, formando un anfiteatro de increíble belleza con una diferencia de altura de 900-1315 metros.
La ubicación de Ereván ha determinado, por un lado, las peculiaridades de su arquitectura (la mayoría de los edificios de la capital están construidos con toba volcánica, una piedra que tiene un característico color rosado) y, por otro, las características climáticas (las fluctuaciones de temperatura pueden alcanzar de 3 a 7 grados, por lo que las primeras ventiscas de nieve en la parte alta de la ciudad pueden aparecer dos semanas antes que en el "valle").
La población de Ereván supera el millón de habitantes.
Ereván fue fundada en el año 782 a.C. Esta fecha marca la fundación de la ciudad-fortaleza de Erebuni por el rey urartu Argishti I. Las leyendas armenias remontan los orígenes del floreciente asentamiento a los tiempos de Noé, que gritó "¡Erevats!" cuando el pico del Ararat Menor apareció de debajo de la columna de agua.
A lo largo de los siglos, Ereván, que fue cambiando de nombre y silueta arquitectónica, siguió siendo una de las mayores plazas fuertes militares, con un sistema de fortalezas y un centro religioso de culto. En la ciudad se pueden ver las ruinas de la fortaleza de Erebuni y las iglesias de Katoghike y Zoravor, que simbolizan distintas épocas del desarrollo del territorio.
