Aunque Túnez es un país musulmán, las costumbres son lo suficientemente laxas como para no tener problemas al viajar con un grupo numeroso y ruidoso. Hay mucho que ver y hacer en Túnez. Sobre todo en verano, cuando el mar Mediterráneo está lo suficientemente cálido como para nadar y bucear.
1. Largos paseos por las calles de antiguas medinas, la oportunidad de explorar las fortalezas de Hammamet y otras ciudades tunecinas, y asombrosas ciudades oasis como Gabes darán a sus vacaciones el encanto de un viaje en el tiempo.
2. Viaja al desierto del Sahara. Imagínese como un conquistador de las áridas arenas o como un viajero perdido entre las dunas. O simplemente disfrute de la belleza del duro y volátil Sáhara. Quizá en ningún lugar la reflexión filosófica sea más apremiante que entre las eternas arenas del desierto.
3. Dé un paseo en coche por los lugares de rodaje de La Guerra de las Galaxias. Situados en el Sáhara o en el puerto de Ajim, en la isla de Yerba, le permitirán sumergirse en el mundo de los Jedi y las andanzas espaciales. Y no es de extrañar, porque incluso el planeta Tatooine debe su nombre a uno de los vilayets de Túnez. Así que puede considerarse con seguridad en su superficie.