Deberías comenzar tu visita a Oslo con una visita al centro histórico: el distrito de Damstredet. Los edificios más antiguos que se conservan fueron construidos en el siglo XVIII. En su momento, este lugar estaba habitado principalmente por los pobres de la ciudad, pero luego esta parte de Oslo se volvió popular entre los representantes de la bohemia creativa, tras lo cual comenzó la construcción de lujosas mansiones.
Los amantes de la pintura deben visitar la Galería Nacional y el Museo Munch (su pintura "El Grito" es conocida incluso por personas ajenas al arte). En Oslo hay muchos museos dedicados a la navegación: el Museo Marítimo, el museo del barco polar "Fram", el museo "Kon-Tiki" (donde hay una balsa parcialmente restaurada en la que Thor Heyerdahl cruzó el Océano Pacífico), así como el museo de barcos vikingos (aquí verás tres embarcaciones del siglo IX, recuperadas del fondo del mar, donde permanecieron alrededor de 1000 años).
Definitivamente, visita el Parque de Esculturas Vigeland, uno de los más famosos del país. Hay 227 composiciones de Gustav Vigeland que representan a personas en diversas actividades. La entrada es gratuita.
Entre las atracciones modernas destaca el edificio de la Ópera Nacional de Noruega con una forma muy original. Su electricidad es proporcionada en parte por paneles solares ubicados en la fachada.