La parte histórica medieval de Vilna está considerada la más grande de Europa, muy bonita y ordenada. Hay una fortaleza con una torre, iglesias, catedrales, puertas antiguas, un museo nacional y una universidad donde estudiaron en su tiempo todas las grandes mentes de Europa del Este.
Sí, Vilna es una ciudad antigua, pero la palabra "vejez" de alguna manera no encaja con ella.
Quizá por todo tipo de movimientos artísticos que llenan esta ciudad de espíritu de novedad y rebeldía. Vilna alberga el ŠMC, el mayor centro de arte contemporáneo de todo el Báltico, varios teatros originales, así como el Menų spaustuvė, una plataforma para proyectos culturales, danza moderna e incluso circo. Intente descubrir una Vilna diferente: no estirada y correcta, sino temeraria y romántica. Eche un vistazo a la parte más sorprendente de la ciudad: Užupis, o Zarechie, a nuestra manera.
Es una república dentro de la ciudad, poblada por gente de arte: artistas, escritores, músicos. Cada edificio del barrio tiene su propia historia. A menudo se compara con Montmartre o Andreevsky Spusk, pero Užupis es más grande y dinámico. Y aunque es un Estado sólo de palabra y sólo tiene 12 hombres en su ejército, los habitantes de Užupis insisten en su estatus e incluso se han inventado 38 puntos de la Constitución. Intente conocer a alguno de los habitantes del barrio, entonces tendrá garantizado un largo paseo por sus enmarañadas calles, aderezado con historias de residentes famosos y el romanticismo y la libertad de la vida bohemia.
Todos los callejones, patios y calles de Užupis le sorprenderán, incluso si los explora por su cuenta. En otoño es especialmente bueno pasear por el parque Vingis, ya que por su tamaño da la impresión de caminar por un bosque a orillas del río Neris.
El parque cuenta con un escenario de conciertos al aire libre de la época soviética. Lady Gaga y Depeche Mode solían atraer a multitudes aquí. A los lugareños les encanta pasar los fines de semana en este parque. Aquí se puede montar en bicicleta, patines y monopatín. Hay varios restaurantes románticos con terrazas donde se celebran bailes en las inmediaciones. También hay un famoso "café de gatos", donde le acompañarán una docena de simpáticos representantes de la familia felina.
Vilna también es buena porque, aunque se trata de una ciudad europea, los precios aquí no golpean el bolsillo, por lo que se puede ir con seguridad a lo chic y disfrutar del pasatiempo y la cocina local.
El alojamiento en un hotel para dos personas cuesta a partir de 40 euros la noche.
Una cena para dos personas en un restaurante cuesta a partir de 20 euros.
2. Burdeos, Francia
La Francia que imaginamos, lujosa, tranquila, donde el vino y el queso se sirven hasta en el desayuno, no es París, sino la región de Aquitania y su capital, Burdeos.