En sólo unas décadas, Astana se ha convertido en la segunda ciudad más grande, con un millón de habitantes. Al fin y al cabo, todo empezó como una pequeña ciudad de provincias, cuya población apenas superaba la barrera de los 200 mil habitantes. Además, Astana tiene un clima relativamente frío y duro, con veranos cortos e inviernos largos y gélidos. Esto se debe a su ubicación específica, por la que Astana alcanza tanto el frío siberiano como el calor centroasiático. Pero la situación mejoró notablemente con la disposición del cinturón verde alrededor de la ciudad, por lo que ahora Astana es mucho más cómoda y agradable para los turistas.
En el territorio de Astana se encontraron antiguos cementerios de la Edad de Bronce. También se sabe que en la Edad Media hubo un asentamiento Bozok, cuyo territorio es ahora una reserva-museo.
El primer asentamiento en el emplazamiento de la actual Astana se fundó en 1830 con el nombre de Akmolinsk. Con el tiempo, se convirtió en un importante centro de transporte, lo que hizo necesario un rápido desarrollo. Por cierto, fue bajo el nombre de Akmola cuando Astana se convirtió en la capital de Kazajstán. Un año después adquirió su nombre moderno. Y de 2019 a 2022, Astaná se llamó Nur-Sultán, en honor del primer presidente de Kazajistán.
Ahora la capital continúa desarrollándose rápidamente en todas las esferas, por lo que definitivamente no se aburrirá mientras viaja a Astana.