Jerusalén se erige como una ciudad verdaderamente única, sirviendo como santuario para seguidores de tres religiones principales: Islam, Judaísmo y Cristianismo. El paisaje de la ciudad está dominado por lugares sagrados, incluida la renombrada Iglesia del Santo Sepulcro, donde el Fuego Sagrado emprende su viaje global cada víspera de Pascua. Otros sitios significativos incluyen la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa, esta última siendo el tercer santuario islámico más importante a nivel mundial. El Jardín de Getsemaní, donde Jesús oró en la noche de su arresto, y la tumba de la Virgen María también son parte integral de la telaraña religiosa de Jerusalén.
Además de sus templos, Jerusalén ofrece una variedad de museos intrigantes para los turistas. El Museo Nacional de Israel cuenta con una extensa colección de exhibiciones arqueológicas, antropológicas y obras de arte. Los visitantes también pueden explorar el Museo de los Países Bíblicos, el Museo Arqueológico Rockefeller y Yad Vashem, un emotivo Memorial del Holocausto.
Para los entusiastas de la cocina judía, Jerusalén ofrece una deliciosa variedad de platos más allá del conocido hummus, falafel y cuscús. Deléitese con postres locales como panqueques con varios rellenos, pasteles de semillas de amapola conocidos como "hamentash" y galletas elaboradas con harina de matzá. Si bien hay numerosos restaurantes que muestran la cocina nacional, el mercado de Mahane Yehuda se destaca como un destino culinario vibrante y colorido.