Dublín está situada en la parte oriental de Irlanda, a orillas del río Liffey. Dublín está rodeada de cadenas montañosas al sur y llanuras al oeste. También la atraviesan dos canales: el Canal Real y el Gran Canal. A lo largo de la costa, la capital irlandesa se extiende a lo largo de 35 km, pero la superficie total de la ciudad es de sólo 115 km. Esto no le impide no sólo hacer las delicias de los turistas curiosos, sino también tener el estatus de unidad administrativa independiente: un condado.
Dublín tiene una población de más de un millón de habitantes. Los residentes adoran su ciudad y están orgullosos de ella: hace unos años Dublín fue incluida en la lista de las 50 ciudades con mayor nivel de vida y ecología. No es ningún secreto que la capital de Irlanda es una de las más ricas y caras del mundo.
Curiosamente, desde que Dublín fue fundada en 841 por los vikingos, su camino hacia la prosperidad ha sido muy espinoso. Sólo a principios del siglo XX consiguieron los irlandeses liberarse por fin de la opresión de los colonizadores británicos y obtener el derecho a una existencia independiente. Dublín empezó a prosperar activamente con el inicio del siglo XXI. Hoy es una ciudad muy peculiar y colorida, a la que acuden viajeros de todo el mundo.
