El resort-jardín en la Costa Azul se distingue por su bajo nivel de criminalidad. Aquí todo es tranquilo y apacible. La policía francesa trabaja muy bien. Pero hay dos matices. El primer peligro puede acecharle en el aeropuerto de Niza. En temporada alta, no es raro que actúen carteristas y gitanos, que buscan carteras, bolsos de mano y bolsos femeninos.
El segundo peligro son las llamadas “drogadoras” en los clubes nocturnos. Si viaja con un grupo de hombres y se le acercan encantadoras lugareñas, vigile sus vasos en el sentido más literal de la palabra.


