Pafos está situada en el suroeste de Chipre, entre el macizo de Troodos y la cautivadora costa mediterránea. Es donde los olivares y huertos de la protegida península de Akamas se encuentran con los valles de cedros de las estribaciones, creando un paisaje único y pintoresco. Pafos destaca por sus encantadores puertos pesqueros, sus sinuosas calles mediterráneas, sus playas de arena y sus prístinas aguas marinas. La ausencia de industrias pesadas y de grandes infraestructuras portuarias ha permitido a la región preservar su peculiar fauna.
Desde el punto de vista administrativo, Pafos es el centro del distrito que comparte su nombre, uno de los seis distritos de Chipre. La ciudad tiene una población aproximada de 36.000 habitantes, y la moneda oficial es el euro (EUR).
El extremo suroccidental de Chipre ha estado habitado y cultivado por el hombre desde el Neolítico. Esta zona ha sido celebrada en los escritos de personajes históricos como Tácito, Séneca y Homero. Según la leyenda, la diosa griega Afrodita nació de la espuma del mar en esta región, y es donde el apóstol Pablo predicó la palabra de Dios.
Pafos se fundó en el siglo IV a.C., y dos siglos más tarde se convirtió en uno de los principales centros comerciales del Mediterráneo oriental. La ciudad conoció periodos de prosperidad durante el Imperio Romano y de declive bajo el Imperio Bizantino, pero siempre siguió siendo un destino atractivo para los colonos, fomentando actividades como la viticultura y la horticultura.
Hoy en día, la moderna Pafos es un destacado centro turístico y un hito cultural con el reconocimiento especial de la UNESCO, que marca su perdurable importancia histórica.