La principal característica del clima mediterráneo de Limassol es su agradable temperatura durante todo el año. No en vano se dice que Chipre tiene el clima más saludable del mundo. Según las estadísticas, la esperanza media de vida de los chipriotas es notablemente superior a la de, por ejemplo, los británicos o los estadounidenses.
Limassol no tiene un invierno tradicional con nieve y heladas. Febrero se parece más a nuestro abril, y diciembre a octubre. Los veranos son muy cálidos, sin el calor sofocante. Al mismo tiempo, el calor se tolera fácilmente gracias a las frescas brisas marinas. La temperatura máxima del aire en Limassol se observa en agosto: el termómetro supera a menudo la marca de +40°C. El mes más frío es enero, con una temperatura media de +10°C. En diciembre y enero se producen breves lluvias.
La naturaleza de Limasol, gracias al clima mediterráneo, es famosa por la diversidad de paisajes. El impresionante paisaje montañoso del complejo de Troodos se mezcla armoniosamente con las palmeras tropicales y los huertos de cítricos de la costa.
Flora y fauna de Limasol
Los alrededores de Limassol son sorprendentemente diversos en cuanto a vegetación. En los valles de Troodos crecen sicomoros, cipreses, robles, pinos y alisos. En primavera y otoño, la fauna deleitará los ojos de los turistas con la floración de azafranes, tulipanes y margaritas tricolores. En agosto-septiembre florecen las flores blancas como la nieve del leucocrinum de montaña, que llenan el aire de una sutil fragancia dulce. El orgullo del balneario chipriota son los campos de orquídeas, hipnotizantes por sus vivos colores. Cerca de Limassol crece una gran cantidad de hierbas aromáticas que ayudan a mejorar la inmunidad y la salud. Así que no olvide reponer su "farmacia verde" cuando la visite.
Las reinas del mundo animal de Limassol son los gatos. Son el animal más querido y venerado por los chipriotas. Los limassolenses consideran un deber honorable alimentar y acariciar a un gato callejero. Hay incluso un monasterio de gatos en las cercanías de la ciudad. Según la leyenda, fue fundado por Santa Elena, que ordenó traer a Chipre 1.000 gatos de Turquía para luchar contra las serpientes. Los animales debían ser cuidados por monjas. Hoy, el monasterio se ha convertido en un refugio para gatos, donde chipriotas preocupados traen gatos abandonados y enfermos.
La fauna de Limassol que puede asustar a los turistas son las tarántulas y las víboras de hocico romo, pero son raras y están lejos de las calles adoquinadas de la ciudad.
