La cocina nacional canadiense refleja la influencia de las tradiciones de los inmigrantes europeos. Por eso no es raro encontrar platos como las hamburguesas, la pizza italiana o el borscht ucraniano que se consideran la comida nacional de Canadá. A lo largo de los siglos, las influencias culinarias inglesa y francesa también se han integrado en la cocina canadiense. Además, independientemente de la región, se puede encontrar fácilmente una amplia gama de restaurantes internacionales, como las cocinas japonesa, mexicana, tailandesa, rusa, polaca y portuguesa.
La cocina canadiense está experimentando un renacimiento de los platos que preparaban los pueblos indígenas en la antigüedad. A la hora de degustar platos locales en Canadá, es una buena idea empezar por la afición del país a diversos platos de pescado y carne.
Platos canadienses que merece la pena probar
- Estofado de conejo con verduras
- Pastel de riñón
- Pollo frito
- Esturión al horno
- Pastel de ostras con patatas molidas
- Jamones en almíbar de arce
La cocina tradicional canadiense está incompleta sin platos básicos como el marisco, el queso Cheddar, los patés de carne y la boujenina. Cuando se trata de primeros platos, son populares las sopas canadienses, entre ellas:
- Sopa de cebolla
- Sopa de calabaza
- Sopa de guisantes
- Caldo con picatostes
- Sopa con fideos caseros
El sirope de arce es un motivo de orgullo nacional y una golosina muy apreciada por todos los canadienses. Se encuentra en casi todos los postres locales, lo que lo convierte en un souvenir ideal para traer de Canadá.
En cuanto a las bebidas alcohólicas, la cerveza es la favorita de los canadienses. Cada provincia tiene su propio tipo de cerveza preferido. Entre las bebidas no alcohólicas destacan el café, el kéfir, el yogur, los refrescos dulces y el agua mineral.