Como en todas las ciudades balnearias de la costa búlgara del Mar Negro, la tendencia dominante en la restauración pública es la cocina nacional. La base de la cocina nacional búlgara son los platos de verduras, carne y pescado cocinados al fuego. Hay productos lácteos, yogures y quesos de excelente calidad.
Las sopas frías y calientes son muy populares en Bulgaria. Por ejemplo, el tarator (a base de pepinos, ajo, eneldo, nueces y leche agria) sacia perfectamente la sed incluso en los días más calurosos.
Recomendamos probar la moussaka (plato de patatas, carne picada y salsa), el selski drob (hígado de cordero con arroz, cebolla y aceite), el kavarma (carne picada con tomate), el katino meze (aperitivo caliente con carne picada de cerdo, cebolla, champiñones y especias).
Debido a las peculiaridades históricas, las huellas griegas y turcas se reflejaron en la cultura búlgara. La cocina no estuvo exenta de esta influencia. En Sunny Beach se puede degustar no sólo la cocina tradicional búlgara, sino también platos europeos, orientales, japoneses, indios e italianos.
Los antiguos turistas dicen que en Sunny Beach hay que comer helados y especialidades de repostería, halva y calabaza horneada con nueces y miel.