Tanto en los calurosos veranos como en los fríos días de invierno, los visitantes de la capital podrán elegir itinerarios inolvidables y organizar emocionantes actividades de ocio. Pero, por supuesto, vale la pena conocer el tiempo que hará en Viena durante tres días o una semana para elegir el armario adecuado.
Tenga en cuenta que aquí las 4 estaciones son muy distintas.
Al planificar un viaje de negocios o vacaciones a Austria, es importante tener en cuenta que el clima invernal en Viena durante 14 días puede sorprender con intensas nevadas y temperaturas de hasta -18°C. Así que, mientras giras en un vals vienés en uno de los bailes, una ventisca de nieve puede girar tras la ventana. Aunque, para ser justos, la temperatura media diurna en enero es bastante cómoda - +3°C.
Si su viaje cae en julio o agosto, el tiempo en Viena durante una semana puede prometer días muy calurosos - por encima de +30°C. Pero la mayoría de las veces el termómetro marca +26°C. Los viajeros experimentados aconsejan: en verano, no olvide llevar un paraguas, ya que las lluvias frecuentes son habituales en la ciudad en esta época.
Otoño el tiempo en Viena durante 5 días, por regla general, sorprende por su inconstancia. Septiembre es un mes cálido y confortable, pero en noviembre empieza a saltar - luego heladas, después un brusco calentamiento. Lo mismo puede decirse del inconstante marzo, mientras que abril trae días agradables con una temperatura media de +16°C.
Si tras estudiar las numerosas críticas favorables a la capital austriaca ha decidido por fin y de forma irrevocable: "¡Ya está, me voy a Viena!", tome nota:
El apogeo turístico de la ciudad dura desde principios de verano hasta principios de otoño (julio-septiembre). Es increíblemente bonito e interesante, pero desde luego no es la época más barata para visitar Viena.
El invierno (diciembre-febrero) en la ciudad es frío y húmedo, pero no hay tanta afluencia de turistas. La excepción son las vacaciones de Navidad, cuando, junto a las aglomeraciones de visitantes, se produce otra molestia: la subida de precios previa a las vacaciones.
La primavera, que llega pronto y con rapidez a la capital (el agradable clima cálido comienza en marzo), es probablemente la mejor época para visitar Viena.
